(Artículo extenso)/ Plenificación del hombre en Paul Gerhard Natorp

María Lucero de Bethlehem Rodríguez Pacheco

INTRODUCCIÓN

El hombre posee de manera natural un deseo inherente y propio de conocer, de aprehender la realidad y cuestionarse sobre todo lo que le circunda. Este anhelo es lo que mueve a la persona a la educación, pero no solamente a una educación escolarizada sino a todo un cúmulo de actividades que lleven al hombre a su plenitud.[1] A pesar de este hecho, el ejercicio de esta actividad ha sido coartado, limitado e impedido por factores externos e internos, pues la persona, se ha concentrado tanto en una vida sin sentido, guiándose por el conformismo, el confort, y la relatividad, que el deseo de superación y de una vida plena e integral se convierte en una utopía irrealizable.

Este tema, el de la plenitud del hombre, es precisamente el que el filósofo alemán Paul Gerhard Natorp[2] buscó presentar a lo largo de toda su trayectoria profesional, pues la presencia de un camino direccionado que nos permita llegar a nuestro máximo potencial, integrando disciplinas, actividades y acciones, es un trabajo constante y perdurable que empieza por la educación, una educación en vías de progreso.

La educación o mejor dicho, la Pedagogía social -como lo refiere Natorp- no representa solamente una educación para los niños, sino que se refiere a “la obra de elevación del hombre a lo alto de la plena humanidad” (Natorp, 2001, p. 70) y es precisamente este hecho el que nos impulsa a estudiar sobre este tema tan relevante, ya que la insuficiencia de dirección y desarrollo del hombre en una actualidad carente de identidad y conciencia, lo posiciona en una encrucijada: posibilitar un crecimiento integral en el género humano o despeñarlo en el abandono de su raza.

Para contestar esta problemática, se realizó la tesis de investigación titulada Plenificación del hombre en Paul Gerhard Natorp, con el objetivo de presentar, tres enfoques que tuvieron lugar a lo largo del escrito: 1) estipular la plenitud del hombre desde la lógica, la ética y la educación,[3] 2) evaluar la relevancia, vigencia y viabilidad de esta postura Moderna en la visión Posmoderna de Zygmunt Bauman,[4] y en este proceso, 3) encontrar el núcleo determinante del hacer y ser del hombre.

El presente artículo tiene el fin, además de presentar de manera general la investigación ya realizada, de abrir las puertas a una reflexión crítica ante la preocupación creciente sobre el anhelo y fin del hombre, descubriendo el origen de ese fin, y estableciendo, de esta manera, la estructura de Natorp como solución en el mundo Posmoderno de Bauman; es decir, ya expuesto el panorama general de este artículo, me dedicaré a concluir lo realizado en la investigación, dando como consecuencia una crítica en torno a la realidad del hombre, y a su impedimento en la voluntad.

  1. Prefacio filosófico de la Pedagogía social

Si nos imaginamos simbólicamente la estructura del conocimiento como el Partenón de Atenas, Paul Gerhard Natorp colocaría en la base de nuestro edificio a la Filosofía, pues él la considera como el fundamento para que el conocimiento logre fructificar la vida del hombre.[5]

Posteriormente, pondría como columnas indispensables tres disciplinas  para que el conocer tuviera direccionalidad y visión de ser: lógica, ética y educación;[6] logrando que la unión entre el cimiento y las columnas formen a la Pedagogía social,[7] el cultivo de formación completa,[8] o mayormente conocido como Ausbildung.[9]

Por último, nos queda pendiente el frontón, la parte plana y triangular de la cúspide, en ella se colocarán cuatro elementos que, o deben de estar presentes en la vida del hombre, o deben de asimilarse para ser en plenitud: la Cultura y Educación en las aristas del triángulo, la Voluntad en la punta y la Idea superando a la Voluntad.

La primera unidad, como la relación recíproca entre conciencia comunitaria e individual y la educación como portadora de esa conciencia, pero que sin la cultura no podría subsistir. La voluntad como el resultado de las dos anteriores; y la Idea como dirección y culmen para que el hombre se realice a sí mismo y a la humanidad.[10]

“La Educación es el proceso mediante el cual el ser humano llega a autorrealizarse por medio de ese impulso que la Voluntad y la Cultura presentan para transitar hacia la Idea, un aspecto pleno del hombre”. [11]

(Rodríguez, 2020, p.48).

2. Fundamentos filosóficos para la plenificación del hombre

La plenitud del hombre es ese estado constante en el que éste puede, junto con toda su carga cultural y educacional, encontrarse a sí mismo y servir a los otros. La plenitud es ese cultivo inacabado que le permite al ser humano tanto anhelar ser mejor como ponerse en la actividad para serlo (Natorp, 2007, p.124).

«La plenitud del hombre envuelve un estado perfectivo de realización (acción y efecto de realizar o realizarse, un proceso de mejora considerable) en donde todo individuo encuentra su condición máxima de desarrollo en la comunidad; es decir, es necesario referir que el hombre tiende constitutivamente a hacerse a sí mismo, pero con un alusivo en la humanidad; por lo tanto, ese anhelo de autorrealización electiva afirma su propia existencia y lo que propiamente le compete ser».

Rodríguez, 2020, p.50.

Conforme a lo anterior, la plenificación del hombre cobra sentido, pues no sólo es la noción o el ideal de que el hombre se realice, sino que es esa conciencia y a la vez el camino o dirección que nos permite avanzar y llegar a ese estado.[12]

En pocas palabras, para el autor, la plenitud tiene su razón de ser al guiarse por la Pedagogía social pues no sólo permite que el hombre se desarrolle óptimamente, sino también que se constituya a sí mismo como ser independiente en un espacio de comunidad; es por ello, que los fundamentos filosóficos que potencian el perfeccionamiento del hombre[13] son tres, lógica, ética y educación, obviamente, con sus respectivos puntos a mencionar, que colocaremos en tres esferas: el fundamento teórico del entendimiento, el origen práctico de la voluntad, y la aplicación de la educación de la voluntad.[14]

Sin el objetivo de extendernos considerablemente para presentar con saciedad dichos elementos, podemos sintetizarlos así:

  1. El fundamento teórico del entendimiento, está dividido en dos conocimientos que a su vez poseen dos acepciones. En primer lugar, se encuentra la conciencia[15] y su doble valor: a) percibir y aprehender la realidad (el objeto cognoscible), y b) conocer la finalidad o el deber ser de dicha realidad exterior. En segundo lugar, poseemos lo que es la autoconciencia, que de igual manera, está conformada por dos momentos: a) el acto reflexivo y propio del ser humano al percibirse como sujeto que conoce: ese darse cuenta de que se da cuenta, y b) el conocimiento propiamente del sujeto que decide y se exhorta a sí mismo para ser y hacer, una autodeterminación.[16]
  2. El origen práctico de la voluntad, está inmerso en la ética que Natorp propone como uno de los fundamentos indispensables para la plenitud, esta ética se divide entonces en una autodeterminación y el conocimiento teórico y práctico de las virtudes; es decir, continuando con el autoconocimiento ,anteriormente expuesto, el hombre a) decide determinarse y por lo tanto, evalúa lo que quiere hacer y ser por medio de la Idea del deber ser (Natorp, 2007, p.46) para posteriormente, b) determinarse por las virtudes[17] (tanto por el conocimiento de ellas como por el ejercicio de lo ético y moral en el hombre).[18]
  3. La aplicación de la educación de la voluntad,[19] consta propiamente de los niveles y formas de instrucción que se dan en la sociedad y que por medio de éstas se puede lograr, junto con los otros elementos, una plenitud. La educación entonces se divide en: a) educación doméstica; b) educación escolarizada: –educación primaria, educación profesional, (Gymnasium neohumanista y la Escuela Técnica) y educación en la madurez-; y c) educación propia y libre.[20] 

En conclusión, podemos referir que lo que Natorp buscaba era que al tener un conocimiento teórico y propio en la conciencia, regulado por la ética y el ejercicio de las virtudes, la acción de la voluntad tendería a la educación, tanto a una educación en todas sus formas, como a la misma educación del ser humano en cuanto a su direccionalidad con vías a una realización plena en sí mismo, con repercusión en la comunidad y en el Estado, en pocas palabras, una humanidad. 

3. Unión de los tres fundamentos filosóficos de la Pedagogía social para la plenitud del hombre

La unión de los fundamentos filosóficos de la Pedagogía social descansan, como ya lo referimos, en la plenitud del hombre, en ese ponerse en marcha para lograr una realización integral y en saciedad; es decir, la equivalencia a la  Idea de Humanidad. Esta Idea, es aquello que todos los hombres tienen en común, pues no se ve al ser humano como ser individual sino como inmerso en la comunidad, con los valores y las características que lo hacen ser, y que son necesarios para regresar y dirigirse a una mejora total, a un deber ser.[21]

«Esta formación completa y armónica de la persona exige, además, la participación en la vida de la comunidad, porque la justicia (última virtud) -la virtud suprema de la colectividad- únicamente se aprende mediante la participación en la comunidad: la educación es enteramente, y en todos los aspectos, cosa de la comunidad hasta el extremo de que, sólo a través de ella, el hombre puede alcanzarse a los estadios más nobles de la vida humana».

Conrad, 2001, p.48-49.

La Idea de Humanidad es entonces la dignificación de la persona humana en comunión con toda su especie y que por medio de la Pedagogía social el hombre consolida la educación de toda la humanidad, la convivencia y la solidaridad para con todos y por supuesto, el conocimiento de uno mismo.

4. La Posmodernidad líquida: fragilidad y prescindibilidad

El tercer capítulo de la investigación constó en presentar lo situación actual del mundo y con él el ambiente en el que el hombre vive, es y se relaciona. Esta época es la Posmodernidad.[22]

La Posmodernidad[23] es aquella “Modernidad contemporánea o actual”, la cual ha dejado atrás todo el deseo y anhelo por descubrir, por buscar el crecimiento del hombre, la ciencia, el pensamiento y la sociedad (Bauman, 2009, p.70); es simplemente una renuncia a los ideales y virtudes Modernas, concentrándose más en un individualismo en masa y el olvido del hombre y su finalidad. Es por eso, como se mencionó al principio de este artículo, que para contraponer el pensamiento de Natorp era necesario abordar un filósofo que estuviera inmerso en este tiempo y que su estudio nos permitiera evaluar dos realidades distintas e incluso contradictorias; esto, para justificar, si es posible, que la plenitud del hombre, la humanidad, se diera por el ejercicio de la Pedagogía social. Ese autor es Zygmunt Bauman.[24]

La Posmodernidad para Bauman puede resumirse en una sociedad flexible, “adaptable”,  maleable y efímera (Bauman, 2005, p.133-134). El ser humano ha desvalorizado sus creencias y motivaciones, ha perdido su identidad y razón de ser, y más allá de eso, se ha considerado como un ser individual pero que anheladamente busca religarse con otros, para así desechar y ser desechado (Bauman, 2003, p.70). Ante esto, podemos decir que la sociedad Posmoderna se caracteriza en que todo lo que está inmiscuido en ella es líquido, frágil y prescindible.

Poniendo un ejemplo para hacer más comprensible las tres características de este periodo de tiempo pensemos que la sociedad Posmoderna es una casa y todo lo que está inmersa en ésta, creencias, virtudes, relaciones, personas, etc., son un vaso de agua. La sociedad Posmoderna es frágil porque una casa no puede ser construida arriba de un vaso de agua, no sin antes destruir ese cuerpo de cristal; líquida, porque el contenido de dicho recipiente no le perjudica al cimiento de la casa incluso si este no va acorde a las estructuras sociales y al manejo que estas tienen; es decir, el cristal fluye al mismo tiempo que el líquido; y por último, prescindible porque la presencia de un vaso con agua como fundamento de una construcción no le beneficia ni le perjudica en nada a la casa, el vaso simplemente puede romperse, el agua desbordarse y aun así, la construcción podría levantarse sin necesidad alguna de su presencia, prescindible de origen.[25]

Como ya lo referimos, el hombre se encuentra tan desubicado, tan vacío y a la vez tan necesitado por saciarse, que sus únicos impulsos o anhelos se basan en la momentaneidad de un trabajo, la educación como requisito indispensable para “ser alguien en la vida”, los logros profesionales, la acumulación de dinero, el hacerse notar en las redes sociales (Colom, 1997, p.13), el consumismo, etc., que el estándar de una “vida buena” se ha basado en lo material y en lo que el otro le puede dar hasta saciar su necesidad y dirigirse a otro objeto de consumo.[26]

Ante esta evidente búsqueda de lo que es el hombre y el colmar su vida de sentido, la Propuesta Natorpiana, en cuanto a su Pedagogía social puede ser, efectivamente, un medio para solucionar el problema actual que circunda en la recuperación de la identidad del hombre, esto claro, evaluando los puntos fundamentales para que la Idea de Humanidad pueda, junto a una síntesis entre los elementos sólidos de la Modernidad y los elementos líquidos de la deconstrucción de la Posmodernidad (Bauman, 2011, 28-29), encontrar en la Filosofía, en los fundamentos de la Pedagogía y en la «educación de la voluntad» los medios para que el hombre logre su plenitud; y es en este punto, donde la educación consolida un tema importante que hay que evaluar en la Posmodernidad, ya que así como la sociedad perdió una direccionalidad poniendo al hombre como centro, la educación escolarizada, y no digamos la educación de vida, es algo casi nulo y con criterios negativos, pues si el hombre ha perdido el sentido, la educación de igual manera, no puede denominarse como tal.[27]

5. Realidad del hombre: impedimentos en la voluntad

El hombre, como ya lo referimos tiene su culmen en la humanidad, en ese deber ser que Natorp denomina Idea, y teniendo claro esto, es necesario hacer referencia al origen que hace que el hombre sea, haga y quiera: la voluntad.

La realidad del hombre gira en torno al problema de la individualidad, a la idea pasajera y momentánea de “realización y desarrollo completo”;[28] es por ello que la condición del hombre ante una sociedad desmoralizada, con ideas y objetivos adversos a la persona[29] y a su bien, imposibilitan, se quiera o no, que el hombre posea otra perspectiva; es decir, el hombre un ser comunitario y social se ve deambulando por la vida sin un rumbo, en donde ser parte de un grupo involucra de igual manera despojarse de lo que lo hace ser único, anhelando a la vez esa independencia, ser un todo con los demás (alejar de sí todo lo que pueda comprometer a su persona y al estilo de vida liviano que posee).

El hombre debería de ser un ser que por naturaleza posea un desarrollo óptimo pues al educarse, al cultivarse, pueda trascender por el simple deseo racional, inmanente y a la vez finito, de poseer la realidad y de dar razón de ésta. En este punto, es precisamente donde nos cuestionamos el motivo por la cual algunos hombres no se guían por este principio: la presencia de la voluntad, de una falta de educación volitiva individual (Colom, 1997, p.13).

Natorp busca precisamente esto, y como se puede notar a lo largo de la historia, se ha querido educar la parte racional, la parte especulativa y teórica del hombre pero no el querer, el deseo, las pasiones, los sentimientos y todo lo que tiene que ver con nuestra segunda facultad; he aquí, la importancia de la investigación, educar en el hombre lo imprescindible y necesario para que éste sea pleno y esa plenitud le de libertad.

6. La Pedagogía social en una Posmodernidad líquida: relevancia, vigencia y viabilidad

Por último, al unificar a ambos filósofos, Paul Gerhard Natorp y Zygmunt Bauman posibilitan evaluar la situación actual y proponer un medio efectivo para que el hombre vuelva a constituirse.

“Ambos, quieren solucionar la realidad trunca del hombre: la deficiencia voluntaria de la persona, la falta de responsabilidad y compromiso,[30] la pérdida de humanidad y de relaciones sólidas, “la educación” o ignorancia en las instituciones educativas, y el abandono de valores y creencias” (Rodríguez, 2020, p.103), claro, desde diferentes perspectivas y épocas.

Ante esto, justipreciamos tres puntos en la investigación: la relevancia, la evidencia y la viabilidad del Planteamiento de Natorp en la Posmodernidad de Bauman, llegando a las siguientes conclusiones. 1) La presente investigación y la implementación de la idea Natorpiana posee relevancia porque el hombre necesita del hombre y por lo tanto es necesario rescatar su identidad como persona y como parte de una comunidad; 2) La postura propuesta es vigente porque le da al hombre un medio de rescate que le ayuda a su plenitud, a ese ejercicio o estado volitivo que por sí solo ejercita; 3)  La Idea de Humanidad en Natorp, con todo lo que representa, es viable pues en situaciones propensas es necesaria para reformar las organizaciones sociales y con ellas la estructura humana, por medio de la educación. La propuesta aplicada en la Posmodernidad.

En conclusión, y alejándonos ya por completo de la exposición de la investigación, es necesario hacer referencia que las hojas anteriores mostraron muy generalmente lo expuesto en la tesis; es decir, sería necesario dirigirse a ésta para comprender muchos puntos que se dieron por hecho. A continuación presentaré mis reflexiones en cuanto a la realización de dicho trabajo y sobre todo a la necesidad de la identidad, ese ser y hacer que reforma por medio de la voluntad la dirección del hombre.

CONCLUSIÓN

En conclusión, y resumiendo lo expuesto en las hojas de este artículo, era necesario mencionar lo anterior para descubrir la importancia de nuestro tema, pues todo se centra en una recuperación de la identidad del individuo, con aras a la Idea de Humanidad, categoría filosófica central en el pensamiento de Paul Natorp que se hace presente en un mundo Posmoderno y carente de direccionalidad y valor. He aquí, la utilidad de esta investigación, tanto para la sociedad como para las personas que la conforman, pues la autoconciencia, la autodeterminación y la revalorización del ser humano, por medio de la educación, son precisamente los medios para lograr una plenitud tanto personal como social. 

En cuanto a la trascendencia social de este tema, podemos afirmar, sin pretender sobrevalorar la investigación, que es suficientemente necesaria e indispensable, pues la actualidad necesita de un rescate del cúmulo del conocimiento, desviando el sentido de fragilidad y de prescindibilidad de la voluntad humana, núcleo de la puesta en práctica de lo anteriormente mencionado.

Ante esto, se justifica la búsqueda de un análisis actual ante una postura anterior a nuestro siglo; es decir, el vínculo entre el Planteamiento de Paul Natorp y el análisis filosófico-social de Zygmunt Bauman nos permite evaluar, desde dos enfoques diferentes, una postura que le concierne a todo individuo social: un progreso paulatino pero potencial del ser humano.

Por otro lado, es indispensable exponer, para entender el contexto de la investigación, los motivos de la elección de este tema y autores, lo que descubrí al crear dicho trabajo.

El primer impulso que me llevó a elegir un estudio filosófico sobre la educación, fue el hecho de que creo fervientemente que dicha instrucción, en totalidad, constituye el medio de crecimiento y perspectiva con respecto a nosotros mismos. Contextualizando, la educación es la búsqueda de la sabiduría y el origen que posibilita un cambio en nosotros mismos, una manera creciente y mejorada de ver las cosas, de actuar y de conformarnos como seres humanos. Esta educación, es la base de la cultura y fomento de un estado y nación, lo cual implica que la enseñanza no sólo se encuentre en las aulas, sino en la propia vida.

Como lo referí, mi deseo era comunicar un tema educacional pero con la orientación de la filosofía como el medio más factible de aplicación, ya que, si todo proyecto educativo se sustentara en la pretensión de universalidad de la filosofía, viendo el conjunto educativo como un todo, los resultados serían humanamente más factibles de ser llevados a la práctica sin sacrificar profundidad, extensión y enriquecimiento educativo. Es por ello, que después de meses de investigación, y pasando por varios filósofos, encontré la propuesta de un autor alemán que buscaba consolidar al hombre desde la Pedagogía social.

Paul Gerhard Natorp fue un reconocido intelectual, perteneciente y co-fundador, junto con Hermann Cohen, de la Escuela Neokantiana de Marburgo. Ésta, se especificaba en las Ciencias del Espíritu y en una postura religiosa luterana. La vida del autor, es sumamente interesante, más que nada,  por la visión unificadora entre profesionalismo, vitalidad y trascendencia que desde muy pequeño presenció en su hogar, marcando de esta manera, su creciente anhelo por llevar al ser humano a una religión en los límites de la humanidad. Lamentablemente, uno de los impedimentos más grandes que encontré al elaborar el trabajo de investigación fue la insuficiencia de obras y estudios especializados en lengua castellana realizados por Gerhard Natorp, pues en el continente Hispanohablante la presencia de sus teorías y el renombre del autor son vanos.

Pasando a otro punto, la presente investigación tuvo, en efecto, una serie de retos, tanto personales como metodológicos. Un claro ejemplo de esto fue el desafío de ir descubriendo poco a poco cómo el tema de la educación se relacionaba con la plenitud del hombre, pero a la vez con la voluntad del mismo, pues ésta, es el impulso o impedimento dentro de sí que lo lleva a un cambio: a la salida de la zona de confort o, en su defecto, a un encarcelamiento frustrado del desempeño humano. 

Otro reto, fueron las profundas consideraciones en torno al fundamento teórico del entendimiento (conciencia y autoconciencia) y al fundamento práctico de la voluntad (autodeterminación y virtudes). Fue sumamente interesante vincular estas dos esferas del ser humano, tratar de comprenderlas y evaluar, con base en un análisis sintético, que en su unión se encuentra la iniciativa del cambio: un desarrollo fructífero en la persona, irradiando a la comunidad y posteriormente a la sociedad.

Por último, y continuando con el descubrimiento que presencié al realizar la tesis de investigación, quiero hacer referencia a dos aspectos más que se fueron manifestando gradualmente. En primer lugar, la reconstrucción de la identidad del hombre, la determinación y constructo del ser humano que lo hace ser una persona íntegra, caracterizada y simultáneamente diferente al resto, y que precisamente este tema Zygmunt Bauman aborda en la mayoría de sus obras. En cuanto a esto, pude comprender que, para que el hombre en verdad desee caminar hacia una vía de progreso, es necesario una conformación de su identidad, más aún, en un entorno contradictorio donde se quiere ser auténtico y único, pero a la vez, ligado a las masas y a lo inservible: el reto de ser uno mismo en un mundo líquido.

En segundo lugar, considero que fue un verdadero desafío vincular a Bauman con Natorp, y esto por varias razones. Primeramente, porque son filósofos de dos épocas diferentes, con dos posturas que podrían parecer contradictorias y dos áreas de estudio que a pesar de corresponderse entre sí, siguen siendo dos puntos de vista válidos por sí mismos. Secundariamente, porque para mí mayor sorpresa, y después de un análisis profundo y detallado, estos dos filósofos exponen una misma realidad, la educación, el hombre, el progreso, y la sociedad, pero en tiempos diferentes, uno desde la relación hombre-deber ser y otro desde un estudio que presenta lo consecuencial y deficiente de la sociedad.  En suma, gracias a estos descubrimientos, en verdad pude enriquecer la investigación y no sólo eso, sino corroborar, que la hipótesis filosófica-educativa que había planteado, en efecto, se consolida como medio de análisis y desarrollo ante las situaciones y problemáticas posmodernas.

En fin, la «Plenificación del hombre», fuera de las posibles superficialidades y precipitadas interpretaciones, no es utópica, no es un estudio ideal que espera al hombre perfecto, ni siquiera desea acercarse al «superhombre» de Nietzsche, sino que si lo vemos desde un aspecto Natorpiano, y como se argumenta en la investigación, la plenitud del hombre no se da en acto, no es algo acabado y estático, no es un estado en el que el hombre descansa y evalúa el mundo desde un trono, sino más bien, esta investigación llega a la conclusión de que el hombre, efectivamente, puede y debe buscar su crecimiento profesional, laboral, social, moral, estético y sentimental, comprendiendo su vida como una construcción de posturas, pensamientos y actitudes que lo hacen ser lo que es, y esto, gracias a una restitución antropológica como motor de mejora social. 


[1] Hay que dejar atrás el concepto educación como una actividad institucional y esquematizada, para entenderla como un conocimiento que se da en todas las áreas y formas de la vida del hombre. “la educación es la solidaridad entendida en su plenitud, no consiste en realizar acciones solidarias, por excelsas y generosas que sean, sino en conformar toda acción social, todo acto de relación comunitaria, en referencia a la donación personal como dar y aceptar; como dar aceptando y como aceptar dándome” (Rodríguez, 2006, p.142).

[2] Paul Gerhard Natorp (1854-1924) nació en Düsseldorf, Alemania el 24 de enero de 1854 en una familia protestante. En el seno de ésta pudo experimentar de primera mano ese deseo de superarse ya que su familia se especializaba en la educación, la religión y la moral; es por ello que Natorp ve al ser humano como un todo.  En el ámbito profesional estudió en cuatro diferentes universidades: Berlín, Bonn, Estrasburgo, y Marburgo, la universidad donde realizó todo su pensamiento filosófico y colaboró con Hermann Cohen.

Paul Gerhard Natorp murió el 17 de agosto de 1924 en la ciudad de Marburgo, Alemania. Después de su muerte, se nombró una institución como: Escuela de Paul Natorp y en el 2012 la misma escuela secundaria fue nombrada como Paul Natorp Gymnasium. Por otro lado, el contexto del autor se puede dividir en contexto histórico y cultural, y el contexto filosófico con sus principales influencias, que fueron a) Platón y el Nuevo Platonismo de Natorp, b) Kant y el Neokantismo en la Escuela de Marburgo, y c) Fichte, Hegel y el vínculo Idealista de Natorp. Es necesario mencionar esto para poder comprender la pretensión y la línea por la cual Natorp se fue posicionando.

[3] El fundamento filosófico de la Pedagogía Social está conformado por Lógica, Ética, y Educación u organizaciones sociales. La primera esfera, el origen teórico del entendimiento, se compone de: conciencia y autoconciencia; la segunda, el origen practico de la voluntad, de autodeterminación y virtudes (pureza, valentía, veracidad y justicia);  y la última, la aplicación de la educación de la voluntad, de tres momentos en la vida del hombre: la educación doméstica, la educación escolarizada -obligatoria, profesional, madurez-, y la educación propia y libre. 

[4] Zygmunt Bauman fue un filósofo, sociólogo y ensayista polaco-británico; nació el 19 de noviembre de 1925 en Poznan, Polonia, falleciendo el 9 de enero del 2017 en Leeds, Reino Unido a la edad de 91 años. Bauman es considerado como el profeta de la Posmodernidad, pues describe la situación social e individual que el hombre experimenta día con día. 

[5] La Filosofía debe de considerarse como el motor que mueve, dirige y posiciona los demás saberes para la construcción del hombre en plenitud.

[6] La razón por la cual toma estas tres disciplinas o áreas es porque él considera que es necesario en un primer momento estructurar a la persona y al pensamiento por medio de la lógica para así dirigirse al ejercicio de las virtudes y relaciones personales (él vincula lógica y ética dando como resultado a la estética) y así, la educación y las organizaciones en donde se imparten pueden repercutir en la sociedad.

[7] La Pedagogía social es la ciencia que le permite al hombre no sólo desarrollarse como individuo sino como un ser inmerso en la colectividad que tiene su culmen en la idea de Humanidad.

[8] El cultivo de la formación completa es la traducción e interpretación de dos conceptos que en Alemania y por lo tanto, en Natorp fueron eje principal para poder definir al vínculo entre Cultura y Educación: Bildung y Ausbildung. Para mayor comprensión de esto dirigirse al artículo:¿Qué es Bildung? El eterno atractivo de un concepto difuso en la teoría de la educación alemana de Rebekka Horlacher.

[9] Así como a Bildung lo definimos como cultivo e instrucción, Ausbildung es esa formación completa en el hombre. (Natorp, 2001, p.85).

[10] Teniendo estos elementos, la plenitud no puede considerarse como una utopía sino como algo realizable y en potencia para ser. Por otro lado, este último triángulo expuesto, es el elemento indispensable para comprender a Natorp. La tesis de investigación expone esto por medio de un diagrama.     

[11] La Pedagogía social como ya se mencionó, es la disciplina principal que Paul Natorp propone en cuanto a la Educación, pero ligada por completo a la universalidad de la filosofía, pues de ella se desglosan paulatinamente los requerimientos necesarios para que el hombre logre su máximo desarrollo.

[12] Es más que evidente que la plenitud o plenificación no es un estado estático y acabado en el que el hombre pueda descansar, (no es posible por su característica finita, lo cual justifica su anhelo por aprehender y su tendencia natural por perfeccionarse), sino más bien un ejercicio constante que se dirige a la Idea, a lo que debe ser. El hombre va alcanzando esta Idea por medio de la educación.

[13] La potencia a la que hago referencia debe de entenderse como a ese paso constante entre potencia y acto que nos permite ser plenos. En efecto, no es un estado estático ya realizado, y tampoco se quiere hacer referencia a que el hombre llegará a la perfección, sino más bien a ese movimiento, a la dirección.

[14] Como se puede notar, lo que Natorp propone es una integridad/unión entre: lo teórico, práctico y la aplicación de los anteriores.

[15] La conciencia, como bien se expone, está subordinada al conocimiento y a la vez al conocimiento subjetivo, he aquí, donde se ve más marcada la postura Idealista de Fichte en Natorp porque es más que evidente que lo que conocemos está en la realidad (fuera de nosotros) pero precisamente el sujeto es el que le da razón de ser, por lo tanto, una existencia indirecta.

[16] El punto “b)”; es decir, la autodeterminación, se divide en: qué soy, qué debo ser, qué quiero para llegar a ser y posteriormente, qué debo hacer.

[17] Las virtudes son: veracidad, valentía, pureza y justicia. Poseen una similitud con las virtudes Platónicas.

[18] En efecto, la autodeterminación necesita primeramente su base teórica, una autodeterminación mental, que hace consciente al hombre de lo bueno y de lo mejor para su persona; es por ello que contesta a las preguntas: ¿qué soy?, ¿qué debo ser?, ¿qué quiero para llegar a ser? y posteriormente, ¿qué debo hacer?

[19] La «educación de la voluntad», hace referencia al estudio de la facultad volitiva, hasta llegar a la voluntad racional que Natorp propone; es decir, no dejar el ejercicio y estudio de la voluntad como algo secundario a lo racional.

[20] “esta lucha significa indudablemente un impulso vigoroso para tener el ánimo de pensar por cuenta propia, un esfuerzo independiente por una existencia más noble y más humana” (Natorp, 2001, p.207).

[21] El deber ser puede ser sinónimo de absoluto, Idea, potencia a, etc.

[22] “La posmodernidad debe dar el impulso final a la apostasía para llegar a la negación total del ser, de la realidad y del compromiso moral” (Peeters, 2010, p.34). En pocas palabras, es la caída de los ideales modernos que posee su culmen en la crisis predicha por Nietzsche.

[23] Se considera Posmodernidad al lapso de tiempo entre el fin de la Primera Guerra mundial hasta el día de hoy.

[24] La importancia y la elección de Bauman para el trabajo de investigación recae en dos puntos: 1) Bauman evalúa postulados de interés global desde un aspecto social, no sólo filosófico, esto, hace que sus aportes están más consolidados, por el hecho de ser interdisciplinarios. 2) Bauman expone la consecuencia en la vida del hombre al negar la acción autoformadora de sí mismo que propone Natorp.

[25] “Las precarias condiciones sociales y económicas entrenan a hombres y a mujeres (o los obligan a aprender por las malas) para percibir el mundo como un recipiente lleno de objetos desechables, objetos para usar y tirar; el mundo en su conjunto, incluidos los seres humanos” (Bauman, 2002, p.172).

[26] Esto se generaliza no solamente de manera visible sino también interiormente en el hombre.

[27] Es necesario cuestionarse, más en la actualidad, si el sistema educativo que poseemos le aporta y ayuda al hombre, y más aún, si éste en verdad puede considerarse como educación en sentido estricto. Es por ello que es evidente notar que la educación escolarizada sustituye al conocimiento evaluando las habilidades y competencias del discente, pero no formando en él un conocimiento significativo tanto profesional como de vida.

[28] Una realización o un desarrollo completo en la posmodernidad es: 1) conseguir títulos educativos y especializados o 2) poseer un buen trabajo, no más.

[29] Al grado de que presentamos una  deshumanización, una pérdida del hombre por el hombre. (Bauman, 2013, p.8).

[30] “La descarga de las responsabilidades de elegir en hombros del individuo, el desmantelamiento de las señalizaciones, y la supervisión de los mojones, además de una creciente indiferencia de los poderes en alza por la naturaleza de las elecciones realizadas y por su factibilidad, eran dos tendencias presentes en el “reto de la autoidentificación”” (Bauman, 2005, p.111).

BIBLIOGRAFÍA

Fuentes primarias

Natorp, P. (2001). Pedagogía social: teoría de la educación de la voluntad sobre la base de la comunidad. (C. Vilanou Torrano, Trad.). Editorial Biblioteca Nueva.

Natorp, P. (2007). Curso de Pedagogía Social. (F. Larroyo, Trad.). Editorial Porrúa.

Natorp, P. (2001). Prólogo del autor para la edición española de 1913. En P. Natorp. Pedagogía social. Teoría de la educación de la voluntad sobre la base de la comunidad (pp.13-61). Editorial Biblioteca Nueva.

Natorp, P. (2007). Propedéutica filosófica. (F. Larroyo, Trad.). Editorial Porrúa.

Fuentes secundarias

Bauman, Z. (2003). Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, (M.  Rosenberg y J. Arrambide, Trads.). Fondo de Cultura Económica.

Bauman, Z. (2011). Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global. (L. Mosconi, Trad.). Fondo de Cultura Económica.

Bauman, Z. (2005). Identidad. (D. Sarasola, Trad.). Losada.

Bauman, Z. (2002). Modernidad líquida. (M. Rosenberg y J. Arrambide, Trads.). Fondo de Cultura Económica.

Bauman, Z. (2013).  Modernidad y Holocausto. (A. Mendoza, Trad.). Lectulandia.

Literatura crítica

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A. Peeters, M. (2010). Marion-ética. Los expertos de la ONU imponen su ley. Ediciones Rialp.

Artículos

Horlacher, R. (2014). ¿Qué es Bildung? El eterno atractivo de un concepto difuso en la teoría de la educación alemana. Pensamiento Educativo. Revista de Investigación Educacional Latinoamericana, LI (1), p. 10.

Colom Cañellas, A. J. (1997). Posmodernidad y educación. Fundamentos y perspectivas. Educació i Cultura, (1), 10.

Rodríguez Sedano, A. Hacia una fundamentación epistemológica de la pedagogía social. Educación y educadores, IX (2), 16.

Tesis de investigación

Rodríguez Pacheco, M. L. de B. (2020). Plenificación del hombre en Paul Gerhard Natorp  (Tesis de licenciatura). Universidad Pontificia de México.